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domingo, 5 de enero de 2014

Confesiones de una intransigente VI




Es cansado hablar en el desierto
porque el viento te devuelve
tu propia voz
y aunque no la reconozcas
es cansado intuir que
llevas razón

Es cansado emprender
la conquista cada día
emprenderla
siempre desde el principio

Es cansada la espera
es cansado no terminar
de conocerse
es cansado no saber
por más que se quiera
y es más cansado no saber amarte
por no saber lo que quieres

Es cansada la prudencia
madre de la soledad
no perderse nunca a
fuerza de meditar el camino

Realmente el mundo cree que
yo no soy nada y no soy nada
nada
salvo un peso inútil
cuando cae la noche
                        y es cansado

Es cansado, muy cansado
la constante indecisión

Es cansado estar cansado

Monalisa



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