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miércoles, 30 de noviembre de 2011
lejana y sola
Nunca desayunaré en Tiffany
ese licor fresa en ese vaso
Modigliani como tu garganta
nunca
aunque sepa los caminos
llegaré
a ese lugar del que nunca quiera
regresar
una fotografía, quizá
una sonrisa enorme como una ciudad
atardecida, malva el asfalto, aire
que viene del mar
y el barman
nos sirve un ángel blanco, aunque
sepa los caminos nunca encontraré
esa barra infinita de Tiffany
el juke-box
donde late el último Modugno ad
un attimo d'amore che mai più ritornerà...
y quizá todo sea mejor así, esperado
porque al llegar no puedes volver
a Itaca, lejana y sola, ya no tan sola,
ya paisaje que habitas y usurpas
nunca,
nunca quiero desayunar en Tyffany, nunca
quiero llegar a Itaca aunque sepa los caminos
lejana y sola.
Manuel Vázquez Montalbán en "Nueve novísimos poetas españoles"
domingo, 27 de noviembre de 2011
ni siquiera la lluvia
"Paisaje" de e.e. Cummings, que también pintaba
en algún lugar al que
nunca he viajado,
felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más frágil hay cosas que me rodean
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.
tu mirada más fugaz me abrirá fácilmente
aunque me haya cerrado como un puño,
pétalo por pétalo me abres como la Primavera abre
(tocando hábil, misteriosamente)
su primera rosa o si deseas cerrarme,
yo y mi vida nos cerraremos muy bella,
súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier
nada que hayamos de percibir en este mundo
iguala la fuerza de tu intensa fragilidad,
cuya textura me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.
(no sé qué es lo que en ti cierra y abre,
sólo algo en mí entiende que la voz de tus ojos
es más profunda que todas las rosas) nadie,
ni siquiera la lluvia,
tiene manos tan pequeñas
felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:
en tu gesto más frágil hay cosas que me rodean
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.
tu mirada más fugaz me abrirá fácilmente
aunque me haya cerrado como un puño,
pétalo por pétalo me abres como la Primavera abre
(tocando hábil, misteriosamente)
su primera rosa o si deseas cerrarme,
yo y mi vida nos cerraremos muy bella,
súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosa por doquier
nada que hayamos de percibir en este mundo
iguala la fuerza de tu intensa fragilidad,
cuya textura me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.
(no sé qué es lo que en ti cierra y abre,
sólo algo en mí entiende que la voz de tus ojos
es más profunda que todas las rosas) nadie,
ni siquiera la lluvia,
tiene manos tan pequeñas
e.e. cummings
sábado, 26 de noviembre de 2011
Hermitage
Como me sé incapaz de escribir sobre la colección del Hermitage que se expone ahora en el Museo del Prado, y que vi el otro día, pues que hablen las imágenes.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
TEORÍA DE LA SALVACIÓN II
Un buen amigo
cuida cría y va educando a su hija mestiza
en la ciudad salobre que odia la ambigüedad
Otro amigo
anilla y trata de proteger a los polluelos de búho real
en el país neorrico que decidió hace mucho
no tener lugar para tales criaturas
Una tercera amiga
se toma a los estudiantes tan en serio
como han de hacerlo los profesores:
sabe que para poder enseñarles algo
ha de ser capaz de aprender de ellos
Para caer hacia arriba
no hay otra vía que la de amar
muy mucho.
Jorge Riechmann en "Cuaderno de campo"
martes, 22 de noviembre de 2011
Nada soy
Picasso "Madre y niño", 1902
Nada soy
bajo el vuelo del águila,
en su tripa de acero
sólo un poco de carne,
en mi vientre una gota de sangre,
una vida que nace,
una flor que florece.
No se doblará ese niño
ni verá a su madre jamás doblegarse.
Luisa Castro en "Amor mi señor"
viernes, 18 de noviembre de 2011
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Marina del libro
Inquiero los porqués, los hasta cuándo
los cómo y dónde
y esa pregunta muda que me ahoga
y vive en el silencio.
Y entonces tú contestas
Majestuoso
enorme gamo verde
país de agua
donde los soñadores se dan cita.
Me hablas
grande mar
telón del cielo
y tus olas responden como páginas
de un libro cuyo autor lo sabe todo
como páginas, mar
y como pétalos
de una rosa que nunca se deshoja.
Blanca Andreu en "El sueño oscuro"
domingo, 13 de noviembre de 2011
Sin etiquetas
Se ha dado en llamar "poesía de la conciencia", a un cierto movimiento poético contemporáneo preocupado por temas sociales, políticos y de la globalización. No deja de ser una etiqueta y, como tal, inexacta e incapaz de abarcar todo lo que comprende.
Comienzo ahora la lectura de un nuevo libro de poemas: “El común de los mortales” de Jorge Riechmann, recién editado. Al parecer, encasillado en ese movimiento. Yo prefiero dejar aparte las etiquetas y disfrutar de la poesía, degustarla, pensarla y sentirla. Cada vez me doy más cuenta que la poesía es pura filosofía o, mejor dicho, filosofías: de lo social, amorosa, del lenguaje, psicológica… De la vida! Y es sentimiento y es fuego y juego y sueño... Sea como fuere, para disfrutar.
BETWEEN MYSELF AND DEATH
PONGO tu cuerpo desnudo
entre yo y la muerte
decía el gran Rexroth
y es verdad pero no es toda
la verdad:
entre la muerte y yo
están también lirios morados florecidos tardíamente en la montaña
la alegre impaciencia del perrito entes del paseo matinal
la quebrada melodía de algunos paisajes
ciertas páginas improbablemente perfectas en un mundo
perfectamente imperfecto
el sabor de la fruta y el de las lágrimas y el del agua
la siesta en la hamaca más de una tarde de agosto
demoradas conversaciones llenas de meandros e imprevista transparencia
y también la despedida y el duelo y el dolor
y entonces
otra vez
tu cuerpo desnudo
Jorge Riechmann en "El común de los mortales"
viernes, 11 de noviembre de 2011
La luz
No se puede prever. Sucede siempre
cuando menos lo esperas. Puede pasar que vayas
por la calle, deprisa, porque se te hace tarde
para echar una carta en correos, o que
te encuentres en tu casa por la noche, leyendo
un libro que no acaba de convencerte; puede
acontecer también que sea verano
y que te hayas sentado en la terraza
de una cafetería, o que sea invierno y llueva
y te duelan los huesos; que estés triste o cansado,
que tengas treinta años o que tengas sesenta.
Resulta imprevisible. Nunca sabes
cuándo ni cómo ocurrirá.
Transcurre
tu vida igual que ayer, común y cotidiana.
"un día más", te dices. Y de pronto,
se desata una luz poderosísima
en tu interior, y dejas de ser el hombre que eras
hace sólo un momento. El mundo, ahora,
es para ti distinto. Se dilata
mágicamente el tiempo, como en aquellos días
tan largos de la infancia, y respiras al margen
de su oscuro fluir y de su daño.
Praderas del presente, por las que vagas libre
de cuidados y culpas. Una acuidad insólita
te habita el ser: todo está claro, todo
ocupa su lugar, todo coincide, y tú,
sin lucha, lo comprendes.
Tal vez dura
un instante el milagro; después las cosas vuelven
a ser como eran antes de que esa luz te diera
tanta verdad, tanta misericordia.
Mas te sientes conforme, limpio, feliz, salvado,
lleno de gratitud. Y cantas, cantas.
Eloy Sánchez Rosillo
martes, 8 de noviembre de 2011
11ª EDICIÓN PROYECTO LECTURA ENCADENADA
El amigo bloguero Gybby, ha resultado ganador de este concurso en cadena, en que el afortunado ganador se llevará el premio de un libro.
Si queréis participar podéis consultar las bases del concurso en su blog Rock Life.
Yo ya me he apuntado.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Julia
Mi querida amiga Julia se marcha un poquitín más lejos. Poco a poco se van alejando todos los seres más queridos. Aunque sé que siempre será mi querida amiga, también sé que el tiempo y la distancia irán haciendo de las suyas. Ya no la tendré todos los días para reír o llorar juntas. O simplemente para caminar una al lado de la otra o ir de compras, al cine, a bailar... No será la presencia a la que recurro siempre y que siempre responde. Pero seguiremos conservando esta valiosa amistad, en mi corazón y el suyo. Mi queridísima Julia!
Unos versos que le escribí para su cumpleaños, allá por mayo, son mis palabras para Julia:
La alegría tiene tu nombre
soles y olor de mayo,
acunan tu risa de alturas
y frondas prendidas en tu aire
frescor de brisas
milagro de primavera.
Altos vuelos ahora y siempre.
Monalisa
Ella hizo realidad mi sueño de volar. Me subió, literalmente, al cielo.
El rojo es su color
Unos versos que le escribí para su cumpleaños, allá por mayo, son mis palabras para Julia:
La alegría tiene tu nombre
soles y olor de mayo,
acunan tu risa de alturas
y frondas prendidas en tu aire
frescor de brisas
milagro de primavera.
Altos vuelos ahora y siempre.
Monalisa
Ella hizo realidad mi sueño de volar. Me subió, literalmente, al cielo.
jueves, 3 de noviembre de 2011
arteteatro
El amigo bloguero Fackel, trajo el otro día una entrada sobre Tadeusz Kantor, (en su blog “La antorcha de Kraus”). Vi a Tadeusz Kantor y a su mítico grupo, con el que solía trabajar: “Cricot 2” , por primera vez en Palma de Mallorca, allá por el año 1983. Y desde entonces cuenta con mi admiración y mi devoción. Tanto, que lo he visto siempre que ha traído alguna obra suya a España. He disfrutado muchísimo viendo su teatro, repleto de una plasticidad tan impresionante que llena la vista y todos los sentidos, de tal forma que, al finalizar sus obras, sales del teatro inundada de sensaciones. Imposible ya olvidar algunas escenas, imágenes paralizadas, la música, sus simbolismos…
Algunas las he visto en compañía de amigos tan queridos que forman y conforman una parte muy importante en mi vida, y ya para siempre. También ellos acuden, en este momento a mi memoria.
Después de “Wielopole, Wielopole” (Su pueblo natal, allá en Cracovia), la que más me impresionó, tal vez por ser la primera vez que veía algo de Kantor, que siempre marca un antes y un después; ví en Murcia su famosa “La clase muerta”, después vinieron en Madrid “Qué revienten los artistas” y “Jamás volveré aquí”, título elegido por el artista cuando ya sabía que moriría pronto a consecuencia de su enfermedad. Y no volvió, aunque sí lo hizo su grupo teatral con la obra “Hoy es mi cumpleaños”, pero yo no pude verlo en esa ocasión: estaba muy absorbida por distintos asuntos familiares, imprescindibles.
Kantor siempre está en escena (en todas sus obras), dirigiendo, integrado como un personaje más del reparto. Observa, dirige, supervisa y se emociona, a veces recuerda, a la vista del público y de los actores, a los que va señalando, retóricamente, dónde y cuándo deben situarse. Me impresionó una larga escena en la que el lento movimiento rítmico, acorde con la música, va pasando in crescendo hasta un súmmum impresionante. Kantor, en escena (cómo no) paraliza radicalmente, con un sutil e imperativo movimiento de la mano, a músicos, actores e incluso al público, en el mismo momento en que uno de los actores hace el último doblez en el mantel de una enorme mesa que han ido recogiendo entre todos, coincidiendo con la última nota de la música casi ensordecedora. En ese momento, música, actores, director y público son uno sólo. Todos hemos ido siguiendo el mismo ritmo y obedeciendo, con una especie de encantamiento, las directrices escénicas de Kantor. En el momento del silencio y la parada, algo mágico y estremecedor sobrevuela toda la sala. Impresionante! Nunca lo olvidaré.
Recuerdo también de una noche en las tabernillas de Lavapiés, compartiendo cañas con algunos de los actores. Nosotros no hablábamos polaco ni ellos español, pero no importaba, compartíamos risas, nosotros la satisfacción por lo que habíamos visto y ellos por su actuación, y bebíamos cerveza.
Se puede encontrar en la red todo tipo de información, vídeos y fotografías de este gran artista que, además de escritor y director de teatro, también fue pintor (se nota mucho en esa plasticidad de algunas escenas de sus obras de teatro). He elegido este vídeo que me parece muy descriptivo de su estética y su temática, pero podéis encontrar muchos más, incluso la obra completa de “Wielopole, Wielopole” en Youtube, en esta dirección.
Algunas las he visto en compañía de amigos tan queridos que forman y conforman una parte muy importante en mi vida, y ya para siempre. También ellos acuden, en este momento a mi memoria.
Después de “Wielopole, Wielopole” (Su pueblo natal, allá en Cracovia), la que más me impresionó, tal vez por ser la primera vez que veía algo de Kantor, que siempre marca un antes y un después; ví en Murcia su famosa “La clase muerta”, después vinieron en Madrid “Qué revienten los artistas” y “Jamás volveré aquí”, título elegido por el artista cuando ya sabía que moriría pronto a consecuencia de su enfermedad. Y no volvió, aunque sí lo hizo su grupo teatral con la obra “Hoy es mi cumpleaños”, pero yo no pude verlo en esa ocasión: estaba muy absorbida por distintos asuntos familiares, imprescindibles.
Kantor siempre está en escena (en todas sus obras), dirigiendo, integrado como un personaje más del reparto. Observa, dirige, supervisa y se emociona, a veces recuerda, a la vista del público y de los actores, a los que va señalando, retóricamente, dónde y cuándo deben situarse. Me impresionó una larga escena en la que el lento movimiento rítmico, acorde con la música, va pasando in crescendo hasta un súmmum impresionante. Kantor, en escena (cómo no) paraliza radicalmente, con un sutil e imperativo movimiento de la mano, a músicos, actores e incluso al público, en el mismo momento en que uno de los actores hace el último doblez en el mantel de una enorme mesa que han ido recogiendo entre todos, coincidiendo con la última nota de la música casi ensordecedora. En ese momento, música, actores, director y público son uno sólo. Todos hemos ido siguiendo el mismo ritmo y obedeciendo, con una especie de encantamiento, las directrices escénicas de Kantor. En el momento del silencio y la parada, algo mágico y estremecedor sobrevuela toda la sala. Impresionante! Nunca lo olvidaré.
Recuerdo también de una noche en las tabernillas de Lavapiés, compartiendo cañas con algunos de los actores. Nosotros no hablábamos polaco ni ellos español, pero no importaba, compartíamos risas, nosotros la satisfacción por lo que habíamos visto y ellos por su actuación, y bebíamos cerveza.
Se puede encontrar en la red todo tipo de información, vídeos y fotografías de este gran artista que, además de escritor y director de teatro, también fue pintor (se nota mucho en esa plasticidad de algunas escenas de sus obras de teatro). He elegido este vídeo que me parece muy descriptivo de su estética y su temática, pero podéis encontrar muchos más, incluso la obra completa de “Wielopole, Wielopole” en Youtube, en esta dirección.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Cuando te conocí
Cuando te conocí
el tiempo no había llegado todavía;
el mundo no había llegado todavía:
tu llanto no había llegado todavía.
La luz no era aún la luz y era
el despertar un tránsito
de claridad a claridad y todo
era una nada densa y envolvente
unos momentos antes de la creación.
Después, como un derrumbe,
como un alud de realidad,
como una ola de conciencia, vino
la materia a campar por sus dominios.
Y vino el tacto y la desesperanza.
Hablo de cuando no existía el universo.
Cuando te conocí
tu cuerpo no había llegado todavía.
Rafael Guillén
martes, 1 de noviembre de 2011
Noviembre
Soneto XCV
¿Quiénes se amaron como nosotros? Busquemos
las antiguas cenizas del corazón quemado
y allí que caigan uno por uno nuestros besos
hasta que resucite la flor dehabitada.
Amemos el amor que consumió su fruto
y descendió a la tierra con rostro y poderío:
tú y yo somos la luz que continúa,
su inquebrantable espiga delicada.
Al amor sepultado por tanto tiempo frío,
por nieve y primavera, por olvido y otoño,
acerquemos la luz de una nueva manzana,
de la frescura abierta por una nueva herida,
como el amor antiguo que camina en silencio
por una eternidad de bocas enterradas.
Soneto XCVI
Pienso, esta época en que tú me amaste
se irá por otra azul sustituida,
será otra piel sobre los mismos huesos,
otros ojos verán la primavera.
Nadie de los que ataron esta hora,
de los que conversaron con el humo,
gobiernos, traficantes, transeúntes,
continuarán moviéndose en sus hilos.
Se irán los crueles dioses con anteojos,
los peludos carnívoros con libro,
los pulgones y los pipipasseyros.
Y cuando esté recién lavado el mundo
nacerán otros ojos en el agua
y crecerá sin lágrimas el trigo.
Pablo Neruda
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