Seguidores

sábado, 21 de noviembre de 2015

Hoy a ti






Hoy a ti: larga eres
como el cuerpo de Chile, y delicada
como una flor de anís,
y en cada rama guardas testimonio
de nuestras indelebles primaveras.
Qué día es hoy? Tu día.
Y mañana es ayer, no ha sucedido,
no se fue ningún día de tus manos:
guardas el sol, la tierra, las violetas
en tu pequeña sombra cuando duermes.
Y así cada mañana
me regalas la vida.

Pablo Neruda en "El mar y las campanas"




domingo, 15 de noviembre de 2015

El mar y las campanas





Se vuelve a yo como a una casa vieja
con clavos y ranuras, es así
que uno mismo cansado de uno mismo,
como de un traje lleno de agujeros,
trata de andar desnudo porque llueve,
quiere el hombre mojarse en agua pura,
en viento elemental, y no consigue
sino volver al pozo de sí mismo,
a la minúscula preocupación
de si existió, de si supo expresar
o pagar o deber o descubrir,
como si yo fuera tan importante
que tenga que aceptarme o no aceptarme
la tierra con su nombre vegetal,
en su teatro de paredes negras.

Pablo Neruda en "El mar y las campanas"





viernes, 6 de noviembre de 2015

ceniza







Tu corazón, como hoja de invierno
debajo de los cedros y esa nieve
confirmando mi ausencia, son imágenes
de aquella soledad por mí dispuesta.

Pero nunca supiste cuanto duele
cada ventana abierta en la ceniza
o en el haz de la duda.
Siempre quise que te llegara dulcemente escrito

para que comprendieras. Y no pude
sino trazar signos borrosos, pautas
de mi propio desorden.
Recorría

calles desiertas, miedos… No encontraba
más paz que mi vacío…

Es la hora
de la verdad y no sé cómo decirla.

Angelina Gatell en "Ceniza en los labios"




sábado, 3 de octubre de 2015

LABERINTO






Condenada a ser sombra de tu sombra,
a soñar con tu nombre en cada madrugada.
Por la ventana abierta un olor errabundo
de vida -¿y tú en qué calle?-
un temblor en la luz,
el llanto de algún niño.

Y tus ojos cerrados,
o tus ojos abiertos como dos golondrinas,
y tu mano en el agua o tu mano en tu pelo
o tu mano en el aire con su triste blandura,
-¿y en qué calle tus pasos?-
y yo en sueños atada al hilo de tus sueños,
condenada a ser sombra de tu sombra,
a soñar con tu nombre en cada madrugada.

Piedad Bonnett



sábado, 19 de septiembre de 2015

EL PAÍS DE LOS SUEÑOS






Cuando las nieblas de la medianoche suben,
y duerme entera la tierra,
andan en torno a mí los vigorosos muertos
y poco a poco desaparecen.

¡Mirad! Guerreros, santos, sabios,
de épocas ya esfumadas,
con paso solemne y reverendo rostro
aparecen y desaparecen.

La luz del esplendor del mediodía,
el crepúsculo tierno y apacible,
hechizan la mirada: sin embargo morirán,
morirán y desaparecerán.

Pero aquí, en el centro del país de los sueños,
no puede entrar la mano corruptora,
estas visiones dulces, este raro brillo
nunca morirán.

Veo las sombras crecer,
las siluetas de antiguos recuerdos;
andan en torno a mí los vigorosos muertos
y poco a poco desaparecen.

Lewis Carroll en "Poemas", Valparaíso Ediciones. Traducción de Raquel Lanseros




miércoles, 2 de septiembre de 2015

La risa


Hoy he leído este poema y no recuerdo dónde. He querido traerlo aquí porque me ha hecho recordar muchos momentos. Porque era tan así....








Yo le decía a mi hermana,
o ella me decía,
ven, ¿jugamos a reír?
Nos acostábamos una junto a la otra en la cama
y empezábamos.
Para hacer como que hacíamos, por supuesto.

Risas forzadas.
Risas ridículas.
Risas tan ridículas que nos hacían reír.
Entonces venía, sí, la verdadera risa,
la risa entera a arrastrarnos en su rompiente inmensa.
Risas estalladas, proseguidas, atropelladas, desencadenadas,
risas magníficas, suntuosas y locas...
y reíamos al infinito de la risa de nuestras risas...
Oh risa, risa del goce, goce de la risa;

reír es vivir tan profundamente


Annie Leclerc





domingo, 30 de agosto de 2015

Ya no hay tiempo



Bell Anja


Ya no hay tiempo para el amor
para los grandes amores
esos que justifican lo que queda por vivir.

Ahora es tiempo plano y gris
tiempo desesperanzado sin rescate
tiempo de mirar de lejos los pájaros tirados sobre la hierba con las alas rotas.

Ya no podrás luchar ni ganar el pan.
No habrá mar en huida ni retorno.

No habrá ya paraíso ni tierra prometida
sólo habrá belleza inerte como naturaleza muerta.

Es tiempo de manotazos contra el tiempo
no hay nada que esperar ni nada más que decir.
Ya no quedan ni palabras.

Lento llega a lo lejos el otoño
que ahora ya ni promete nostalgia
ni ocasos monumentales, prodigiosos e irreverentes.


                    Araña con fuerza la tierra como si fuera los ojos de los ahogados
                    y mira la sangre entre tus uñas.
                    Eso es todo cuanto podrás tener en las manos.


Monalisa



lunes, 17 de agosto de 2015

Jamás se regresa


 
Gustav Klimt


No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe.
No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca.
No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.
No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía, o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.
No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.
No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente.

No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa...


Martha Rivera Garrido




miércoles, 5 de agosto de 2015

cumpleaños




Que nada nos detenga. La llamada
del infinito debe obedecerse.
Soberana inquietud que nos animas,
enséñanos a merecer el néctar
de estos días que nos tocan. Muéstranos
un modo de luchar contra el vacío
de este dulce interludio. Que la fe
en la alegría posible no abandone
ni la razón despierta ni el recuerdo.

Raquel Lanseros en "A las órdenes del viento"




viernes, 31 de julio de 2015

nunca es tarde







No tienes derecho a mentir.
Escribe cada uno de tus versos
como si fuera una despedida.

Blaga Dimitrova




Ese algo que no puede detenerse con las manos vacías.

Ana Blandiana




NUNCA ES TARDE


Nunca es tarde para empezar de cero,
para quemar los barcos,
para que alguien te diga:
-Yo sólo puedo estar contigo o contra mí.

Nunca es tarde para cortar la cuerda,
para volver a echar las campanas al vuelo,
para beber de ese agua que no ibas a beber.

Nunca es tarde para romper con todo,
para dejar de ser un hombre que no pueda
permitirse un pasado.

Y además
es tan fácil:
llega María, acaba el invierno, sale el sol,
la nieve llora lágrimas de gigante vencido
y de pronto la puerta no es un error del muro
y la calma no es cal viva en el alma
y mis llaves no abren y cierran una prisión.

Es así, tan sencillo de explicar: -Ya no es tarde,
y si antes escribía para poder vivir,
ahora
           quiero vivir
                     para contarlo.

Benjamín Prado en "Ya no es tarde"




miércoles, 29 de julio de 2015

corazón perdido







UNA CARTA MUY BREVE EN EL CORAZÓN PERDIDO


Tu dolor. Tu tristeza que me llega,
como una herida abierta.
- tu corazón doliente -
que me cuentas
en cuatro líneas apenas, muy lejanas.

Quisiera acariciarte muy despacio,
en esa soledad
que siento como mía,
que me besa en el alma y se deshace.
Y no sé qué serás, dónde tú ahora
escondes ese miedo,
dónde andarán tus días y tu sombra.

Esa sombra,
esa palabra tuya, la que entonces
recorría mi boca y removía
el temor al fantasma del olvido.
Me llega como llegan los otoños,
con la misma nostalgia de los lunes,
igual que los mensajes en la arena.

Ahora que ya no estás,
que nada eres,
se me clava tu miedo y adivino
tus noches en la cama de los otros.

Por eso, corazón tan deseado,
escribo a tu tristeza,
y sólo tengo
estos versos, la palabra
que quiere acariciar
el alma que aún deseo
y que me duele.

Rodolfo Serrano en "Los cuerpos lejanos"




martes, 21 de julio de 2015

LLUVIA






Llueve y tú dices es como si las nubes
lloraran. Luego te cubres la boca y apresuras 
el paso. ¿Como si estas nubes escuálidas lloraran?
Imposible. Pero entonces, ¿de dónde esa rabia,
esa desesperación que nos ha de llevar a todos al diablo?
La Naturaleza oculta algunos de sus procedimientos
en el Misterio, su hermanastro. Así esta tarde
que consideras similar a una tarde del fin del mundo
más pronto que tarde te parecerá tan sólo
una tarde melancólica, una tarde de soledad perdida
en la memoria: el espejo de la Naturaleza. O bien
la olvidarás. Ni la lluvia. ni el llanto, ni tus pasos
que resuenan en el camino del acantilado importan.
Ahora puedes llorar y dejar que tu imagen se diluya
en los parabrisas de los coches estacionados a lo largo
del Paseo Marítimo. Pero no puedes perderte.

Roberto Bolaño en "Los perros románticos"




lunes, 13 de julio de 2015

azul soledad







EN TU PUERTO

Caminar, sin conciencia de vida, sin concepto de muerte,
entre la nieve que ha ido formando tu cuerpo
en días de entrega, de negación del miedo.
En el único movimiento que la luz
permite cuando te ofreces entera,
tierna, blancamente tendida
ante mi quilla y mi rumbo, por encima de mapas, corrientes,
brújulas y cordajes, anclas de prudencia,
que nada importan al giro imprevisto de la rosa de los vientos.

Navegar en ti, caminar en ti,
soñando que, por fin, tras la última roca,
no será preciso ocultar cicatrices de viejas heridas.
Y los ojos se cerrarán para siempre
hundidos en tus manos, durmientes en la humedad
que invita cada noche, al paso de tu piel,
a detener con tu temblor obscuro
el agua coagulada, estéril, que vuelve gelatina el croar de las charcas,
el filo del reloj invisible que niega, con sus agujas de acero,
                                                nuestro vertical deseo de lo eterno.

Caminar en ti, navegar en ti,
acariciar, sin tener que comprar derechos de travesía,
la vela roja que despliegas antes del combate.
Acariciar, sin deshonor, sin falsas proclamas,
las señales, el fuego hinchado,
de los dos pequeños círculos que aún hay en tu pecho.
Entrar en la colmena, en el ascua abierta,
donde todo temor reposa, yace y se enfría,
triunfo carmín de las zarzamoras sobre el yerto color de las algas.

Navegar, sin conciencia de vida, sin conciencia de muerte,
aliado al águila de acantilado,
desafío centinela en la tormenta,
que sueña, sobre el vértigo azul soledad,
con oleajes de helechos rompiendo contra el umbral caliente de tu casa.
Recoger para ti arándanos y acebos, reírnos de zahoríes innecesarios,
saludar a los hurones y a las martas, tensar los músculos,
convertir a la tierra en un altar, en un yunque,
donde la nieve, lejos de estibadores, bajamares y bajíos,
                          ha formado la luz, salvadora, de tu cuerpo.


Juan Manuel González en "Tras la luz del poniente"




jueves, 2 de julio de 2015

personas bellas


Hopper



"Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de humildad y de una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada".

Elizabeth Kübler-Ross, psiquiata y escritora suizo-estadounidense. 






jueves, 25 de junio de 2015

hermosura



Ninfa d'acqua (Otto Theodore Gustav Lingner)



¿Cómo decíroslo?  En flor os quiero, jóvenes, audaces,
ahora que se alisa, como el remanso de un lago,
mi corazón sin sombras, límpido y cristalino,
para encerrar allí el reflejo de vuestro rostro.


Grata alegría, que vayáis inclinando las cabezas
hacia mi corazón, de repente, mientras os baña
con las encantadas, con todas las cautivadoras hermosuras
la luz secreta y sosegada de mis sueños.


María Polydouri en "Los trinos que se extinguen"








sábado, 20 de junio de 2015

imperceptiblemente amado






Yo estaré en tu pensamiento, no seré más que una sombra imprecisa;
habré existido en un instante en que la alegría y la piedad ardían en tus ojos.
Pero también quiero permanecer desconocido en ti.
Desconocido. Simplemente envuelto en tu felicidad.
Tú distraída en tu luz y yo apenas viviente en ella, y así, imperceptiblemente amado, esperar la desaparición.
Aunque quizá estamos ya separados por un hilo de sombra y cada uno está en su propia luz
y la mía es la que tú vas abandonando.

Antonio Gamoneda






jueves, 11 de junio de 2015

solo





Aunque no nos muriéramos al morirnos,
le va bien a ese trance la palabra: Muerte.

Muerte es que no nos miren los que amamos,
muerte es quedarse solo, mudo y quieto
y no poder gritar que sigues vivo.

Gloria Fuertes




miércoles, 3 de junio de 2015

PATRIMONIO

 
Kees Van Dongen


Sólo tendremos lo que hayamos dado.
¿Y qué con lo ofrecido y no aceptado,
qué con aquello que el desdén reduce
a vana voz, sin más,
ardiente ántrax que crece,
desatendido, adentro?

La villanía del tiempo,
del hábito sinuoso
del tolerar paciente,
difiere frágiles derechos,
ofrece minas, socavones, grutas;
oscuridad apenas para apartar
         vagos errores.

El clamor, letra a letra,
del discurso agorero
no disipa ninguna duda;
hace mucho que sabes:
         ninguna duda te protege.

Ida Vitale en "Reducción del Infinito"




viernes, 29 de mayo de 2015

TU ROSTRO








Tu rostro
Es lo más tierno entre lo tierno,
Tu mano
Es lo más blanco entre lo blanco,
Estás lejos
De todo mundo
Y todo es inevitablemente tuyo.

Inevitable
Es tu tristeza
Y la calidez
De los dedos de tus manos,
Y el sonido apacible
De tus palabras
Joviales,
Y la lejanía
De tus ojos.

Osip  Mandelstam






sábado, 16 de mayo de 2015

morfina







Placentera veneración de la nada

Plano sin aristas         centro omnipresente
Campo abierto     abierto       abierto



Velo blanco          velo blanco
Velo gris casi blanco
Velo azul muy pálido
Velo azul muy pálido



Pequeña nube rosa sola
En cielo despejado

Monalisa






miércoles, 13 de mayo de 2015

Ventanas






No basta abrir la ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente no ser ciego
para ver los árboles y las flores.
También es necesario no tener ninguna filosofía:
con filosofía no hay árboles: sólo hay ideas.
Hay sólo cada uno de nosotros, como un sótano.
Hay sólo una ventana cerrada, y todo el mundo afuera:
y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriese,
que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.

  Alberto Caeiro – Pessoa (Traductor: Ángel Campos Pámpano)



viernes, 1 de mayo de 2015

Isla Ignorada






Soy como esa isla que ignorada,
late acunada por árboles jugosos,
en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de nada,
—sola sólo—.
Hay aves en mi isla relucientes,
y pintadas por ángeles pintores,
hay fieras que me miran dulcemente,
y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
y voces interiores
de volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño
pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla,
sois vosotros mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene el mar que me rodea!
A esta isla que soy, si alguien llega,
que se encuentre con algo es mi deseo;
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
y no quiere que llore mis secretos;
y soy tierra feliz —que tengo el arte
de ser dichosa y pobre al mismo tiempo—.
Para mí es un placer ser ignorada,
isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro
sé todo, porque vino un mensajero
y me dejó una cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio.

Gloria Fuertes





miércoles, 15 de abril de 2015

nunca es tarde


Abril
15


Las pinturas negras


En 1828, Francisco de Goya murió en el destierro.
Acosado por la Inquisición, se había marchado a Francia.
En su agonía, Goya evocó, entre algunas palabras incomprensibles, su querida casa de las afueras de Madrid, a orillas del río Manzanares.  Allí había quedado lo mejor de él, lo más suyo, pintado en las paredes.
Después de su muerte, esa casa fue vendida y revendida, con pinturas y todo, hasta que por fin las obras, desprendidas de los muros, pasaron al lienzo. En vano fueron ofrecidas en la Exposición Internacional de París. Nadie se interesó en ver, y mucho menos en comprar, esas feroces profecías del siglo siguiente , donde el dolor mataba al color y sin pudor el horror se mostraba en carne viva. Tampoco el Museo del Prado quiso comprarlas, hasta que a principios de 1882, entraron allí por donación.
Las llamadas pinturas negras ocupan, ahora, una de las salas más visitadas del museo.

-Las pinto para mí- había dicho Goya.
Él no sabía que las pintaba para nosotros.

Eduardo Galeano, en “Los hijos de los días”, 2011









domingo, 29 de marzo de 2015

Terror Mundano





Estaba junto a la puerta de una ciudad rica.
Tenía todo lo que los dioses exigían;
estaba preparada; el esfuerzo
para prepararme había sido largo.
Y el momento era el momento adecuado,
el momento asignado para mí.

¿Por qué tenías miedo?

El momento era el momento adecuado;
la respuesta debía estar lista.
En mis labios,
temblaban unas palabras que eran
las palabras adecuadas. Temblaban,

y yo sabía que si no lograba contestar
con suficiente rapidez, sería rechazada.

Louise Glück en "Vita Nova"




domingo, 15 de marzo de 2015

Piezas para piano





4

En esta canción hay una danza.
Bailan los rosales con la brisa,
hay murmullo de ramaje,
hay danza de viento amarillo en los campos de girasoles.
Entre la noche,
la precisión de un baile que armoniza todas las cosas del mundo.


5

La noche es de melaza.
El azafrán de la luna insinúa la quietud de los caballos.
En la tarde explotó el aire
y ahora el paisaje existe solamente porque existe el piano.


6

La luna cabe entera
en el lugar de los pulmones.


7

Una infinita ternura
que nunca podrá ser palabra.


Darío Jaramillo Agudelo en "Cuadernos de música",




jueves, 5 de marzo de 2015

SUITE #1






IV

Atravieso el umbral
y adivino que hay otro tiempo
donde están presentes la rosa de un ayer lejano
y un aliento cálido y frutal que canceló la infancia.
Aquí están vivos, conmigo transcurriendo.
Como este sonido de las revelaciones.

Darío Jaramillo Agudelo en "Cuadernos de música", (Piezas para violonchelo)




jueves, 19 de febrero de 2015

SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR



Miguel Munárriz nos recuerda hoy estos versos de Cernuda que nunca puedo leer sin escalofrío.
Así que no he podido resistirme a ponerlos aquí una vez más.


Auguste Rodin. Eternal Idol



Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera.
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Luis Cernuda




lunes, 9 de febrero de 2015

tal vez esperanza






Allá donde el gris y el verde
se atraen
y donde se detestan
con ferocidad

Donde el punto se convierte
en formas indescifrables
y la tercera dimensión
semilla de mi llamado
es donde nace la rabia, el llanto
el frío la soledad y la impotencia

Y quizás alguna vez
un alevoso rayo de esperanza.

Monalisa




miércoles, 28 de enero de 2015

El vestido






Se me secó el alma.
Como un alma arrojada al fuego,
pero no del todo,
no hasta la aniquilación. Sedienta,
siguió adelante. Crispada,
no por la soledad sino por la desconfianza,
el resultado de la violencia.

El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo,
a quedar expuesto un momento,
temblando, como antes
de tu entrega a lo divino;
el espíritu fue seducido, debido a su soledad,
por la promesa de la gracia.
¿Cómo vas a volver a confiar
en el amor de otro ser?
Mi alma se marchitó y se encogió.
El cuerpo se convirtió en un vertido demasiado
grande
            para ella.

Y cuando recuperé la esperanza,
era una esperanza completamente distinta.

Louise Gluck en "Vita Nova"




viernes, 23 de enero de 2015

Neruda, Pablo






Neruda nunca se ha ido de mi vida. Lo descubrí muy pronto, aparece siempre cuando menos lo espero y es una sorpresa siempre entrañable, maravillosa. Conservo de él algunos de los recuerdos más preciados de mi vida. Los guardo con mucho cuidado en donde sé que nunca se perderán y los miro, leo, escucho de vez en cuando.
He leído varias veces en estos días la noticia de la publicación de sus poemas inéditos con el precioso y sugerente título de “Tus pies toco en la sombra”, una flor fresca entre tanta náusea que nos traen las noticias de estos días. Y a la espera de que pueda ir a comprar el libro, o que algún alma generosa me lo pueda comprar, releo (como tantas veces en mi vida) poemas de sus libros que andan por aquí, por esta casa desordenada en mi orden y en mis posibilidades.

Nosotros preferimos llamarle Pablo, tan cercano siempre él.


II

Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones

tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.

“Cien sonetos de amor” de Pablo Neruda




(...)

Y aquella vez vez fue como nunca y siempre:
vamos allí donde no espera nada
y hallamos todo lo que está esperando.










jueves, 15 de enero de 2015

No les creas




No les creas cuando te muestren
la foto de mi cuerpo,
no les creas.
No les creas cuando te digan
que la luna es la luna,
si te dicen que la luna es la luna,
que ésta es mi voz en una grabadora,
que ésta es mi firma en un papel,
si dicen que un árbol es un árbol,
no les creas,
no les creas
nada de lo que te digan,
nada de lo que te juren,
nada de lo que te muestren,
no les creas.

John Berger




sábado, 10 de enero de 2015

El viaje






Sólo quiero tu casa de ternura,
vivir en su calor.
Eres el mar y la orilla segura
porque el único viaje es el amor.

Reconocer tu alma, qué aventura
de mágico sabor.
Allí tendré profundidad y altura
porque el único viaje es el amor.

Besos desconocidos como puertos
esperan bajo un cielo de mirada.
-Lo demás es dolor.

Hoy vuelvo de países que están muertos,
después de un mar que no me dijo nada,
porque el único viaje es el amor.


María Elena Walsh




martes, 6 de enero de 2015

veinticinco





Naciste con el frío como los brotes de un rosal
con tu cuerpo de luciérnaga
tantas veces mecido en mis brazos
hiciste de mi vida un barco de ilusiones
fértil esperanza y un cálido porvenir

¿Recuerdas cuando recitábamos
los versos de Espronceda?
casi no sabías hablar
y los rematabas con un sonoro “Estampún”
gesticulábamos con los brazos
y reíamos, reíamos mucho

Ahora me regalas tú los versos
sin recitarlos nos entendemos
sin siquiera abrir los labios
de tanto conocer nuestras miradas

El mar, la montaña, el verde,
fauna y flora marcescente  -“una palabra muy bonita”
es tu pasión de ahora
me cuentas tus historias de tanta naturaleza
y las disfruto al sentir el entusiasmo y la emoción en tu voz

Siempre he aprendido mucho de ti

Que sigas siendo generoso y amable
como siempre
entregado a un amor tan feliz
que nace nuevo cada día

Que la vida no te cierre puertas
ni alegrías ni sueños ni amor
y cuando vuelvas
entre risas te volveré a decir:
“dame un abrazo de oso”
y nos meceremos los dos

Te quiero


Monalisa




domingo, 4 de enero de 2015

Brindis por el nuevo año






A mitad de enero en la valla publicitaria de enfrente, que a las seis de la tarde ya estaba a oscuras, sobre las piernas largas de esa modelo que anuncia un perfume se detendrá un sol imprevisto, muy dulce.


Al inicio de febrero, llore o ría la Candelaria, se despertará la savia de los árboles y apuntarán las gemas en las ramas desnudas.

En marzo muchos sueños que uno alimentó con el año nuevo ya habrán sido derrotados: no has encontrado trabajo y tampoco has adelgazado; en cambio, las flores que perdieron los almendros han sido recuperadas por los cerezos. Pese a todo, deberás seguir adelante, puesto que el sol cumplirá con su oficio inexorable sin contar con las tormentas del corazón.

Puede que este sea el artículo malo que uno repite siempre al comenzar el año, pero el sol, siendo como es una bomba de hidrógeno, también se repite y no pasa nada.

Mientras las gotas metálicas del deshielo caen de los cobertizos sobre el humeante estiércol del ganado, de la última nieve resplandeciente de abril nacerán rosas en mayo y las nubes pasarán por las veletas de los campanarios cargadas de bienes o llenas de maleficios contra el trigo y el viñedo que peina las lomas.

Sin duda, ante la puerta del verano, con la fe renovada, pensarás: tengo que rebelarme, no voy a dejar que me machaquen más, quiero luchar.

Aquellas gemas que despertó la savia serán frutas en los mercados, cerezas de junio, ciruelas de julio, fresquillas de agosto, moscatel de septiembre.

Mientras el sol decline la luz para pudrir las hojas amarillas de otoño, si finalmente has conseguido no rendirte, obtendrás también tu propia cosecha, tal vez la brisa deliciosa de un amor, el deleite de las risas con los amigos, la gracia de un placer secreto que te conceda un dios pagano.

Cuando en noviembre se cierren los días y el recuerdo de los muertos fermente bajo tierra, surgirá del légamo el presagio de que todo va a resucitar de nuevo.

Diciembre dejará caer el sol en el abismo, pero con el solsticio de invierno volverá a crecer desde las tinieblas y ese será el momento de recuperar la inmortalidad de cada hora.

Ante la orilla sagrada donde nos espera el destino, levanta la copa y brinda por los buenos días del pasado y por todos los sueños imposibles. Seguir vivos es la victoria.


Manuel Vicent. Publicado en "El toro celeste"  enlace original