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domingo, 29 de junio de 2014

suerte






Aún tuve suerte:
al menos amaste mi cuerpo,
aunque fuera con la desesperanza
de la última oportunidad.
Aún tuviste suerte:
al menos amé tu cuerpo,
aunque fuera con la ingenuidad
de la primera vez.

Berna Wang





miércoles, 25 de junio de 2014

In memoriam


Ha muerto Ana María Matute: "La niña de los cabellos blancos"

Un buen homenaje es este documental: Imprescindibles




Que la tierra le sea leve.






La enamorada






Está de pie sobre mis párpados
y su cabello está en los nuestros,
tiene la forma de mis manos,
tiene el color de mis ojos,
se absorbe en mi sombra
como una piedra sobre el cielo.

Tiene siempre los ojos abiertos
y no me deja dormir.
Sus sueños en plena luz
hacen evaporarse los soles
me hacen reír, llorar y reír,
hablar sin tener nada que decir.

Paul Éluard



*Hay varias versiones, yo he preferido ésta.




lunes, 23 de junio de 2014

Tu rostro



 Caravaggio

Donde los demás pusieron la mentira
Quedó el testimonio de tu rostro
Puro y verdadero como la muerte

Quedó tu rostro que nadie conoce
Tu deseo siempre anochecido
Quedó el ritmo exacto de la mala suerte
Y el jardín prohibido.

Sophia de Mello





sábado, 21 de junio de 2014

la vida para compartir

Hossein Zare


La noche no es nunca completa.
Hay siempre, ya que lo digo,
ya que lo afirmo,
al final de la desdicha
una ventana abierta,
una ventana iluminada.
Hay siempre un sueño que vela,
deseo que colmar,
hambre que calmar,
un corazón generoso,
una mano tendida,
una mano abierta,
ojos atentos,
una vida: la vida para compartir.

Paul Éluard




miércoles, 18 de junio de 2014

Me identifico






"Por otra parte, siempre me interesaron las personas -incluidas por la tragedia griega, que trazó algunos no despreciables y aproximativos esbozos de ellas-  cuyo destino, por un misterioso designio de lo arcano, no era el destino de los que vivían a su alrededor."

Carlos Álvarez en la introducción de "Aullido de licántropo" (Bartleby Editores)



Y en una triste noche me aguijaba
la pavorosa espuela de mis pasos...
Sentirse caminar sobre la tierra
cosa es que lleva al corazón espanto.
Y es que la tierra ha muerto... Está en la luna
el alma de la tierra.
                                                 
 ANTONIO MACHADO


(Así comienza el libro)



*Comencé a leer este libro hace años pero, por circunstancias que no vienen al caso, lo perdí. Ahora disfruto, de nuevo, con él.




martes, 17 de junio de 2014

Si fueras







AH, SI FUERAS tú posible todavía!
Si pudieras pronunciar
de nuevo tu palabra
en un momento sin tiempo
y hacer como aquél día primero,
que todo fuera posible:
Como regresar cantando
a casa. Yo inventaría
entonces para ti
un alfabeto nuevo,
donde amar consistiera
en pronunciar lentamente esa palabra,
con todas sus letras
y tu propio acento, a toda hora
y en un lugar sin fecha
que fuese meta y partida —y
regreso a cada paso, al mismo tiempo.

 Miguel Veyrat, en “La voz de los poetas” 




lunes, 16 de junio de 2014

Sanar








Sanar
aunque la piedra sangre
aunque la risa duela

Hay que nadar contracorriente
contra uno mismo
no hay otra salida

Sanar

Monalisa




jueves, 12 de junio de 2014

Yo en ti







Yo ya te busqué cuando el mundo era una piedra intacta.
Cuando las cosas buscaban sus nombres
yo ya te buscaba.
Yo ya te busqué
donde empiezan los mares y los valles.
Cuando Dios buscaba compañía
yo ya te buscaba.
Yo ya te llamé
cuando solo la voz del viento sonaba.
Cuando el silencio llamaba por las palabras
yo ya te llamaba.
Yo ya te amé
cuando el amor era una hoja blanca.
Cuando la luna amaba las otras cumbres
yo ya te amaba.
Siempre, desde la nieve
de los tiempos yo, en tu alma.

Celso Emilio Ferreiro





domingo, 8 de junio de 2014

Tantas renuncias. Confesiones de una intransigente IX





Tal vez lo mejor sea un cariño tibio
casi frío
domado por el tiempo
la costumbre
y cargado de renuncias 
y tantos reproches

La turbulencia del amor apasionado
puede resultar insufrible
casi destructiva





Cuando presientes esto (que es ausencia)
sellas tu amor-pasión con la misma cuerda que atas tu corazón
huracán descontrolado

Tu lengua de tinta azul
sólo pide ya la gris serenidad torcida y machacona premeditada
árbol seco y solitario

Tus manos de naranjo
Ni siquiera rozan ya la luz dorada que habría de darte la vida y la risa
viento árido encorvado

Tus pies un tiempo alados
habrán de huir del cielo de los locos y las galaxias soñadas serán azul olvido
barro quieto y pesado

Mis ojos luna en tus ojos
respiran ahora la amarga penumbra del conformismo amorfo
sombra hundida sin deseo

Tu casa verbo en lluvia
anochece seca lentamente sin el verde primavera de esperanza
oscura renuncia dolorida



Y entonces te miras al espejo
y ves un animal herido
con el pelaje cutre
dispuesto a morir
sin pena ni gloria
pero a salvo de emociones                                                                  
sin riesgo           sin plenitud
                                         sin ilusión         sin belleza

Y tal vez sin gracias a la vida
                                           cuerpo enfermo



Y en ese último instante
-quién sabe-
muchos echen en falta
el íntimo          grande          hermoso
secreto:
el tesoro exclusivo de los locos soñadores.

Monalisa








jueves, 5 de junio de 2014

la lógica








(…) Para explicar qué es un mcguffin lo mejor es recurrir a una escena de tren: “¿Podría decirme qué es ese paquete que hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?”, pregunta un pasajero. Y el otro responde: “Ah, eso es un mcguffin.” El primero quiere entonces saber qué es un mcguffin y el otro le explica: “Un mcguffin es un aparato para cazar leones en Alemania.” “Pero si en Alemania no hay leones”, dice el primero. “Entonces eso de ahí no es un mcguffin”, responde el otro.
 
- *** -


(…) ella, en plena juventud, captó; supo que a mí me ocurría algo relacionado con la edad, el hondo abatimiento y la pena de las cosas.


Enrique Vila-Matas en "Kassel no invita a la lógica"









martes, 3 de junio de 2014







Después de varios años
durante los que fuiste el mapa señalado,
el pequeño horizonte, el cuerpo en llamaradas,
la diminuta y bella revolución
o acaso el sueño que me hizo avanzar,
es cansado y difícil
soportar la consciencia de que nunca se llega.

Javier Egea