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martes, 23 de febrero de 2016

Único amor







ÚNICO  AMOR

 (Para mi hija)



Tumbada yo en la playa,observándote
mientras estás tumbada tú en la playa, te grabo
en mi memoria enfrentándome al tiempo en que ya no estés conmigo:
tus labios amoratados, hinchados en el calor
y suaves como los filamentos internos de una concha;
tu piel de galleta dorada, glaseada y
ligeramente granulada, como la superficie de una galleta;
el solemne enredo de tu melena.
Te he amado en vez de a otras personas,
amado para no amar a nadie más,
cada uno de los sesgos de tu cuerpo
en construcción de dios, como yo te construí a mí en mi interior,
un mundo sellado. ¿Y si de tus labios
hubiera aprendido el amor de otros labios,
de tus engomadas pestañas de fantasía el amor de
otras pestañas, de tus ojos cerrados y temblorosos
el amor de otros ojos,
de tu cuerpo los cuerpos,
de tu vida las vidas?
Hoy entiendo que todo está ahí para que de ti lo aprenda:
amar eso que no me pertenece.


Sharon Olds en "Los muertos y los vivos". Batleby Editores





domingo, 14 de febrero de 2016

Ahora sí, invierno






INVIERNO

La nieve cruje como pan caliente
y la luz es limpia como la mirada de algunos seres humanos,
y yo pienso en el pan y en las miradas
mientras camino sobre a nieve.

Hoy es domingo y me parece
que la mañana no está únicamente sobre la tierra
sino que ha entrado suavemente en mi vida.

Yo veo el río como acero oscuro
bajar entre la nieve.
Veo el espino: llamear el rojo,
agrio fruto de enero.
Y el robledal, sobre tierra quemada,
resistir en silencio.

Hoy, domingo, la tierra es semejante
a la belleza y necesidad
de lo que yo más amo.

Antonio Gamoneda en "Blues Castellano" Bartleby Editores




viernes, 5 de febrero de 2016

tiempo








       Hay en el tiempo dársenas
       en las que el incesante devenir
       fondea; remansos que detienen
       el curso natural
       de las horas. Son como remolinos
       que absorben la energía
       y la materia, libre,
       recupera su ingravidez y el aire,
       cristalizado inmoviliza
       toda acción.

       Y es que, a veces,
       el tiempo también pierde
       su tiempo. Después sigue
       fluyendo, ajeno siempre
       a nuestra condición. Pero nos deja
       la desazón de este pequeño lapso
       en que fuimos eternos

      Rafael Guillén