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viernes, 31 de mayo de 2013

No debí volver




REGRESÉ a los treinta años de mi muerte. La casa, vieja, sin aquella mano de pintura que nunca pudimos dar; los libros, sepultados por el polvo; los muebles, devorados por la carcoma. Ni rastro de los míos.  Mi mujer, enterrada lejos, en el sur seco y amarillo. Mis dos hijos, a los que tanto quise, irremisiblemente borrados, sin pistas para saber qué habrá sido de ellos. Subo y bajo escaleras, cojo el ascensor, recorro el inmenso garaje, paseo por la acera, pero no conozco a nadie, no queda nadie de aquel tiempo. Y no puedo preguntar a esa gente extraña, porque no me oyen y, quizá, ni me ven. No debí volver.

Francisco Ferrer Lerín en "Hiela Sangre"



martes, 28 de mayo de 2013

13




Primero está la soledad.
En las entrañas y en el centro del alma:
ésta es la esencia, el dato básico, la única certeza;
que solamente tu respiración te acompaña,
que siempre bailarás con su sombra,
que esa tiniebla eres tú.
Tu corazón, ese fruto perplejo, no tiene que agriarse con tu sino solitario;
déjalo esperar sin esperanza
que el amor es un regalo que algún día llega por sí solo.
Pero primero está la soledad,
y tú estás solo,
tú estás solo con tu pecado original -contigo mismo-.
Acaso una noche, a las nueve,
aparece el amor y todo estalla y algo se ilumina dentro de ti,
y te vuelves otro, menos amargo, más dichoso;
pero no olvides, especialmente entonces,
cuando llegue el amor y te calcine,
que primero y siempre está tu soledad
y luego nada
y después, si ha de llegar, está el amor.

Darío Jaramillo Agudelo en "Del amor, del olvido"




domingo, 26 de mayo de 2013

respirándote




OTRO POEMA DE AMOR

Qué dicha no ser Basho, en cuya voz
florecían tan leves los ciruelos,
ni ser Beethoven con su borrasca en la frente
ni Tomás Moro en el taller de Holbein.
Qué dicha no tener
un bungalow en Denver (Colorado)
ni estar mirando desde el Fitz Roy el silencio
mineral de la tarde patagónica
ni oler la bajamar de Saint-Malo

y estar aquí contigo, respirándote, viendo
la lámpara del techo reflejada en tus ojos.

Miguel d'Ors en "Curso superior de ignorancia"




viernes, 24 de mayo de 2013

Allí donde el aliento




Está solo en el escenario
sin ningún instrumento.

Se pone la mano en el pecho
allí donde nace el aliento
y donde se apaga.

No son las manos que cantan,
ni tampoco el pecho.

Canta lo que está callado.

Adam Zagajewski



miércoles, 22 de mayo de 2013

¿por qué franqueaste el umbral?




HOMENAJE A BECQUER

Dicen que con frecuencia se traslada uno en sueños. Solitario piensas o vuelas. De entre luz y sombras no se regresa jamás. Allí florece la flora azul de Novalis. Ave de suaves alas, si la rozas, morirás. No hay claridad. Cierra tus ojos si aún tienes ojos: no hay bosques. Entre luz y sombra irreal parece la sombra de los vivos, ave que nunca fuiste, ¿por qué franqueaste el umbral? Herida, en las quietas aguas del estanque un temblor vivo reflejas. En el jardín oscuro se estremecen de dolor de amelos azules. No vuela en banda el zorzal. ¿Qué llamada empujó tu cadenciosa marcha, qué voces falsamente guiaron tu vuelo? En roja llama incendió tus alas el sangriento atardecer. Y erraste el vuelo: ¿fue por mirar acaso un pálido y frío rostro en los cristales? Callada surge la noche. Azul es la locura en el fondo de un ojo vacío. Está lejos el mar. La muerte llora en las esquinas revestida de hojalata. ¿Por qué en pleno vuelo detuviste tu mirar? A través de unos párpados amarillentos no puede brillar el sol. Una banda de músicos pasea por los prados y ensaya la nota capaz de abrir la piedra y detener el vuelo de ese pájaro bobo que ama el campo en primavera: y te alcanzó. El crispeteo de tus alas en el fuego aviva ahora el silencio en lo más hondo de la hoguera. Y caíste, a punto de saber si es entre luz y sombras prohibidas a donde va el amor cuando se olvida.

Ana María Moix


sábado, 18 de mayo de 2013

el látigo




"Comencé a escribir a los ocho años, inesperadamente, sin la inspiración de un modelo. No conocía a nadie que escribiera. En realidad, apenas conocía a alguien que leyera. El hecho era que sólo cuatro cosas me interesaban: leer, ir al cine, zapatear y dibujar. Luego, un día, empecé a escribir, sin saber que me había encadenado, de por vida, a un amo noble pero despiadado. Cuando Dios nos ofrece un don, al mismo tiempo nos entrega un látigo, y éste sólo tiene por finalidad la autoflagelación.

Pero, naturalmente, yo no lo sabía. Yo escribía historias de venturas, novelas policiales, escenas cómicas, cuentos que me habían narrado ex esclavos y veteranos de la Guerra Civil. Me divertía muchísimo al principio. Dejé de divertirme cuando descubrí la diferencia entre escribir bien y mal, y luego hice un descubrimiento más alarmante aún: la diferencia entre escribir muy bien y el verdadero arte. Una diferencia sutil, pero feroz. Después de eso, cayó el látigo."

Truman Capote en "Música para camaleones"




jueves, 16 de mayo de 2013

buena persona




Ni ángel ni rebelde

No arriesgó nada
no practicó la irreverencia
no mordió el sexo del paraíso
no padeció la pesadilla de vivir
no aulló por falta de demonios en el vientre
no enturbió el agua de ninguna academia
no gozó la locura de la realidad
no destruyó su propia filosofía
no rebeló lo insensato de la insensatez
no orinó ni escupió ni eyaculó fuera de foco
no hizo de la palabra la enemiga total
no metió ningún dedo en la llaga
de ninguna cosa hizo destino
no tuvo miedo de sí mismo
no metió mundo ni absoluto en sus venas
no arrulló entre sus brazos una bomba ni siquiera pacífica
no tuvo pensamiento ni ademanes
ni colores militantes
no se encamó con el monstruo de si mismo
no hizo del vacío una utopía
no amó ni para nacer ni para morir
no telefoneó al otro mundo, no arrojó
bocanadas de sangre sobre el orden y el lenguaje.
Fue correcto adecuado municipal y obvio
o sea una buena persona en el peor sentido de la palabra.

Joaquín Giannuzzi



domingo, 12 de mayo de 2013

Imprevisto





"Se preguntó si la memoria no le estaría tendiendo una celada"
Sergio Pitol

Estaba prevista la noche y
estaba previsto el día.
Estaba previsto que las calles se vaciaran
lentamente
y que en la fresca y limpia mañana
un chico saliera patinando a la calle.
Estaba previsto el barrendero,
el quiosco,
la vespa,
el café con churros.

Todo, estaba previsto todo.
Y estaba previsto que tú te desvanecieras,
pero no sucedió.

Monalisa



viernes, 10 de mayo de 2013

Blue Song




Estoy agotado.
Estoy agotado del discurso y de la acción.
Si me encuentras  en una
calle no me interrogues porque
sólo puedo decirte mi nombre
y el del pueblo en
donde nací. Si queda
solamente esta noche y luego
si es de día, no importa ya.
Estoy agotado. Estoy agotado del discurso
y de la acción. En el interior de mi corazón
hallarás un pequeño puñado de
polvo. Tómalo y sóplalo
al viento. Deja que el viento lo tenga
y se encargará de hallar el camino a casa.

Tennesse Williams


(Tiene suerte. Yo ya no quiero decir mi nombre ni el del pueblo donde nací. Nunca he sentido, tampoco, ningún lugar al que quiera llamar "mi casa")



martes, 7 de mayo de 2013

La sal de la tierra




Camina una mujer
con un mantón moteado como un campo
apretando contra su pecho
una bolsita de papel

todo sucede
en pleno mediodía
en el lugar más hermoso de la ciudad

aquí muestran a los turistas
un parque con cisnes
villas entre jardines
perspectivas y rosaledas

Camina la mujer
con un fardo como joroba
- qué aprietas así contra tu pecho madre

mas ahora dio un traspié
y de la bolsita
saltaron por el aire cristalitos de azúcar

la mujer se inclinó
con una expresión en sus ojos
que no podría reproducir
ningún pintor de jarrones rotos

su oscura mano rebaña
la riqueza malgastada
y a cambio recoge también
claras gotas y polvo

Cuánto
tiempo
lleva
ya
de rodillas
como queriendo recoger
de la dulzura de la tierra
hasta el último grano

Zbigniew Herbert en "Cuerda de luz"



viernes, 3 de mayo de 2013

Confesiones de una intransigente (II)



Me acostumbré, desde niña,
a que nadie me entendiera.
Ni cuando hablaba ni cuando callaba.
Ni cuando no paraba ni cuando me aquietaba.
Así que ya sé, desde antesde, que nadie me entenderá.

Emprendo la que tal vez sea la tarea más dura de mi vida.
Sé que nadie comprenderá que aunque el giro sea absoluto
en el fondo todo está igual.
Que mi silencio nunca será entendido.
Que el porqué es poderoso y urgente.
Que no hay nada de lo que yo sea dueña.
Que ni siquiera me pertenezco.
Y que nunca fui yo.

Estoy acostumbrada. Lo asumo.

Monalisa



jueves, 2 de mayo de 2013

COSAS QUE HACEN QUE LA VIDA MEREZCA LA PENA


Las palabras.
La luz colándose por la ventana.
La calle corrientes de Buenos Aires.
El sonido de los grillos en las noches de verano.
Los columpios.
Los besos en la cabeza.
Los besos por encima de la ropa.
La vida de cada ser humano.
La piel a ras de piel.
Los mensajes a deshora al móvil.
La lluvia golpeando los cristales.
Los ñoquis. Estambul. El olor a tierra mojada.
Mi abuela. Las noches de insomnio voluntario.
Los desconocidos que te sonríen por la calle.
La posibilidad de imaginar, la fantasía.
La realidad, la tierra, el barro.
La siesta. Las películas en blanco y negro. La música.
Las fotografías antiguas de gente que no conoces.
La mirada de un niño de cinco años.
El arroz con leche. San Sebastián.
Las acuarelas y las témperas.
Mis padres. Mi hermano. Mis amigos.
Tú, al otro lado.

L. Holley (que el autor así lo quiso)

Me ha recordado el "Hasta pronto" de mi querida amiga Pilar, y me he prometido ir a visitarla de nuevo.






Cada cual puede hacer su lista particular.