Deja tu presencia una leve huella. Se queda como pasando, como sin estar, como si siguiera estando sin estar, como si no dejara de oprimir la mano, como si la mirada siguiera mirando José Antonio Muñoz Rojas
Charlando en un café,
ajenos al murmullo de otras mesas,
al trajín de las tazas, a la entrada de tipos
que dejan los abrigos junto a ellos.
Con los ojos clavados uno en otro,
una chispa airosa en la sonrisa,
un resplandor muy dulce,
en las nubes de una combustión:
ningún amor se entiende desde fuera,
ninguno.