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martes, 26 de agosto de 2014

Centenario de Cortázar





Todo lo que precede es como lo primeros momentos de un encuentro después de mucho tiempo: sonrisas, preguntas, lentos reajustes. Es raro, me pareces menos morena que antes. ¿Se mejoró por fin tu tía abuela? No, no me gusta la cerveza. Es verdad, me había olvidado.
Y por debajo, montacargas de sombras, asciende despacio otro presente. En tu pelo empiezan a temblar las abejas, tu mano roza la mía y pone en ella un dulce algodón de humo. Hueles de nuevo a sur

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A mucho más allá del mezzo
del cammin di nostra vita
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo de Ariadna delirante
sin espumas ni sábanas ni muslos.

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Y aquello tan de Cortázar, tan tan suyo:


                                                         La justa errata

Habernos encontrado al fin del día
en un paseo público

Julio Cortázar en sus poemas para Cris, de “Salvo el Crepúsculo”. Alfaguara


                                                                  ---o0o---


Y el imprescindible párrafo del capítulo 93 de Rayuela:

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."


Tantas horas, tantas y tan buenas, leyendo a Cortázar: sus poemas, sus cuentos, todos sus cuentos. Y Rayuela, siempre Rayuela


Cronopio Cortázar





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