Samba me ha
destrozado un libro; sólo una parte. No entiendo cómo ha podido alcanzarlo
porque desde el primer día los puse en los lugares a los que ella no puede llegar. Ella
no sabe que es una de las peores cosas que me puede hacer. Aún así, me miraba
con la cabeza gacha y como arrepentida.
Ha sido en
la noche, mientras yo dormía. Amaneció el salón lleno de pedacitos blancos. Y
entre los pedacitos, una página intacta arrancada del libro, no me explico cómo
ha podido ser.
He guardado
fuera de su alcance la parte del libro que se ha salvado y he leído la página
que milagrosamente se ha conservado entera.
5
Atolondrado
y confuso,
demasiado lleno
de ruidos
sin centro
ni reposo,
desconectado
del otro lado de la piel,
aturdido por
el interminable crujir de este corazón,
tierra cuarteada,
ceniza gris en el pecho,
así pasan estas noches de calor y duermevela,
estas noches
en que no estoy contigo.
Darío
Jaramillo Agudelo en “Del amor, del Olvido”
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