Absténganse
los pusilánimes
los
mediocres
los que
mienten, los oscuros
los que
nunca cambian de postura
los de la
sonrisa turbia
los que
contienen sus lágrimas
los que
no quieren decir su nombre
y los que
nunca piden perdón
los que
se imponen, los impostores
los que
juzgan
y siempre
miden con la misma regla
los poliédricos
de mil caras
los de
cartón piedra
los que siempre
pisan en seco
los rectos
y los retorcidos
los que
se miran el ombligo ...
No me
llamen para negociar.
Negociar es
ceder una parte importante de uno mismo.
Vengan
los que dudan
los que
cantan, saltan y
aún
conservan al niño dentro
los de
colores vivos
los que
aún sueñan y vuelan
los que
arden y los que se queman
los que
tropiezan con las misma piedra
los que
tienen el corazón dolorido
y aun así
late desbocado
los anónimos
los inseguros
los que gustan mojarse de lluvia
los de
viento y espuma
los que
desarmados y poseídos
miran fielmente
la misma luna
los de
vino y rosas y
los de
mal de amores
los que
aman abrazan y besan
los de soledad sonora
los que
gritan hasta dolerse …
Vengan pero
vengan desnudos.
No habrá
nada que negociar.
No es
preciso ceder una parte
porque
todo es nuestro
porque somos
juntos.
Y nada
más.
Monalisa
Buena intransigencia esta. Espero ser bien acogido, ya que (al menos) cumplo aquello que considero más importante: la duda.
ResponderEliminar"La única certeza que tengo, es: cuanto más sé y más conozco, más dudas tengo respecto a todo. Dudo de todo; luego es una certeza"
Utopazzo
Saludos y naturaros cordialísimos saludos.
Gracias, Rafa. Sí, siempre serás bien acogido. Un abrazo
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