Puse tu nombre a todo
a las flores del jardín
a los colores del arcoiris
a los vientos de todas las estaciones
a las farolas de mi calle
a los árboles de la ciudad
a los minutos de mi reloj
a la luz de de todos los astros
a las nubes con formas de ala
al olor de mar lejano
a los cordones de mis zapatos
a los cacharros de la cocina
al cenicero de mi escritorio
a mis ojos y a mis manos
a todo
y así, de a poco, sin darme cuenta
me fui olvidando de todas las palabras
y ahora…
ahora sólo sé decir tu nombre.
Monalisa
Más que entrega y amor es subordinación y atadura.
ResponderEliminarEl amor es libre,desasosegado,quieto,expectante y escurridizo.
Apostar todo a un sólo número es desposeernos de nosotros mismos
Un abrazo y cuídate de esa "gripecilla"
Nunca he sentido un amor que me ate. Hace años sentí un desamor que me ataba. Este poema es una forma distinta de decir un te-quiero.
ResponderEliminarAbrazos, Felipe, y gracias.
Estoy con Felipe, el amor de verdad te hace libre. Durante un tiempo me sentí así y lo único que hacia es perder cada día un poco mas de mi, llego un momento en que yo, ya no era yo. Y que duro es darte cuenta que tú no eres nada. Que todo lo que te aporto ese gran amor es infelicidad y sobretodo que mino tu autoestima. Un abrazo
ResponderEliminarY constantemente lo digo
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