Y mientras siguen
dando vueltas y vueltas, entregándose,
engañándose,
tus rostros, tus caprichos y tus besos,
tus delicias volubles, tus contactos
rápidos con el mundo,
haber llegado yo
al centro puro, inmóvil, de ti misma.
Y verte cómo cambias
- y lo llamas vivir-
en todo, en todo, sí,
menos en mí, donde te sobrevives.
Pedro Salinas
De la voz a ti debida
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta mucho Pedro Salinas, gran poeta de la generación del 27. Hace unos años estuve en la Residencia de estudiantes en Madrid, fue muy emocionante. Un abrazo
ResponderEliminarPor cierto tienes un Regalo en mi blog para ti. Besos
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