Era una madrugada de niebla
fría y densa niebla.
Impaciente estabas, sí,
por ver la luz
la misma que veo hoy en tu risa
en tu prisa
en tus ganas de vivir
en tu amor
y en tu forma de decir.
La misma luz que me regalaste.
Tú me hiciste y te quiero libre.
Y te quiero, y te quiero.
A ti, el chico de las prisas: esta canción que nos gusta.
Magnífico regalo de Reyes que nace libre y hace libre
ResponderEliminarEl video de la B.O.(George Baker Select) Reservoier Dogs de Quentin me ha hecho recordar
Un fuerte abrazo,mi querida amiga Q.
Gracias por tu visita y comentario.
ResponderEliminarTu poema me ha gustado es sencillo, directo, apasionado y sincero.
Un abrazo desde Asturias.