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domingo, 30 de enero de 2011
Memoria
Le
dieron astas
de toro al ruido y veneno a las manos
para que éstas
con los muertos no recordaran sus crímenes
y abrieran nuevas trincheras
y sólo lograron hacer del vacío ocultar el silencio
y sólo eran las hojas del libro
llenando de sangre los dedos que callaran
los crímenes cuando la luz
quedó suspendida bajo tierra en las páginas
y las tapas del libro que fueron cerradas
y la escritura sin saberlo quiso volar
y quedó quieta al descubierto
a la espera de que la historia un día
las diera a conocer
para vergüenza de quienes aún pretenden
y ocultar quieren
crímenes
aún silenciados.
José María Millares
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Impresionante poema de Millares
ResponderEliminar.....para vergüenza de quienes aún pretenden
y ocultar quieren
crímenes
aún silenciados.
Un fuerte abrazo