Otto Dix
Desde que te tengo
sé que nunca volveré a estar sola
y que la soledad no es cosa
de presencia.
Es difícil entender
que la vida, el tiempo
o vaya usted a saber qué
nos lleve por caminos separados.
Aún llevo entre las manos
puñados de cosas que tengo que decirte
y, sobre todo, tanto para darte
y llevo hilos de luz que quedaron entre mis dedos
cuando las últimas caricias
Aún no sé medir el tiempo sin ti
Y tengo que dejarte ir como si
nada entre nosotros hubiera temblado
y ya nada fuese a unirnos.
Sé que nunca tendré algo
a lo que pueda llamar nuestro
ni podré mirar contigo la palabra ahora
quizá tampoco tuvimos nunca un pasado
No lo sé
Nunca sabré nada de ti
Y sin embargo
todos los días abro los ojos y tú
no estás y estás en mí
y todos los días
me duermo (si lo consigo)
sin saber nada de ti
Cae la luz y tú no estás
y yo tengo que vivir
así
como si me faltase el aire
como si las flores no fuesen a abrirse
de nuevo en primavera.
Lamentando todos los errores que he cometido
tantas cosas que no supe decirte
preguntándome
qué y cómo sería
poder mirarte cada día.
Quiero que me recuerdes por lo que fue
o tal vez por lo que nunca podrá ser
Dicen que es cuestión de tiempo
pero yo no lo creo.
Monalisa
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