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jueves, 31 de julio de 2014

A VECES




 



A veces
            alguien te sonríe tímidamente en un supermercado
            alguien te da un pañuelo
            alguien te pregunta con pasión qué día es hoy en la sala de espera del dentista
            alguien mira a tu amante o a tu hombre con envidia
            alguien oye tu nombre y se pone a llorar.

A veces
            encuentras en las páginas de un libro una vieja foto de la persona que amas y
                 [eso te da un tremendo escalofrío
           vuelas sobre el Atlántico a más de mil kilómetros por hora y piensas en sus ojos
                 [y en su pelo
            estás en una celda mal iluminada y te acuerdas de un día luminoso
            tocas un pie y te enervas como una quinceañera
            regalas un sombrero y empiezas a dar gritos.

A veces
            una muchacha canta y estás triste y la quieres
            un ingeniero agrónomo te saca de quicio
            una sirena te hace pensar en un bombero o en un equilibrista
            una muñeca rusa te incita a levantarle las faldas a tu prima
            un viejo pantalón te hace desear con furia y con dulzura a tu marido.

A veces
             explican por la radio una historia ridícula y recuerdas a un hombre que en vida
                 [fue tu amigo
            disparan contra ti sin acertar y huyes pensando en tu mujer y en tu hija
            ordenan que hagáis esto o aquello y enseguida te enamoras de quien no hace ni
                 [caso
            hablan del tiempo y sueñas en una chica egipcia
            apagan lentamente las luces de la sala y ya buscas la mano de tu amigo.

A veces
            esperando en un bar a que ella vuelva escribes un poema en una servilleta de
                 [papel muy fino
            hablan en catalán y quisieras de gozo o lo que sea morder a tu vecina
            subes una escalera y piensas que sería bonito que el chico que te gusta te
                 [violara antes del cuarto piso
            repican las campanas y amas al campanero o al cura o a Dios si es que existiera
                 [miras a quien te mira y quisieras tener todo el poder necesario para mandar
                 [que en ese mismo instante se detuvieran todos los relojes del mundo.

A veces
            sólo a veces gran amor.

J.A. Goytisolo




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