Se ha dado en llamar "poesía de la conciencia", a un cierto movimiento poético contemporáneo preocupado por temas sociales, políticos y de la globalización. No deja de ser una etiqueta y, como tal, inexacta e incapaz de abarcar todo lo que comprende.
Comienzo ahora la lectura de un nuevo libro de poemas: “El común de los mortales” de Jorge Riechmann, recién editado. Al parecer, encasillado en ese movimiento. Yo prefiero dejar aparte las etiquetas y disfrutar de la poesía, degustarla, pensarla y sentirla. Cada vez me doy más cuenta que la poesía es pura filosofía o, mejor dicho, filosofías: de lo social, amorosa, del lenguaje, psicológica… De la vida! Y es sentimiento y es fuego y juego y sueño... Sea como fuere, para disfrutar.
BETWEEN MYSELF AND DEATH
PONGO tu cuerpo desnudo
entre yo y la muerte
decía el gran Rexroth
y es verdad pero no es toda
la verdad:
entre la muerte y yo
están también lirios morados florecidos tardíamente en la montaña
la alegre impaciencia del perrito entes del paseo matinal
la quebrada melodía de algunos paisajes
ciertas páginas improbablemente perfectas en un mundo
perfectamente imperfecto
el sabor de la fruta y el de las lágrimas y el del agua
la siesta en la hamaca más de una tarde de agosto
demoradas conversaciones llenas de meandros e imprevista transparencia
y también la despedida y el duelo y el dolor
y entonces
otra vez
tu cuerpo desnudo
Jorge Riechmann en "El común de los mortales"
excelente!!!!
ResponderEliminarbesos.
Realmente tienes razón. Es absurdo ponerle etiquetas a la poesía. La poesía es simplemente eso, poesía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gusta que no sea toda la verdad, y que haya esas cosas entre la muerte y yo! :) Me gustan estas letras, dándome igual la etiqueta que lleven... :)
ResponderEliminarUn beso!
Preciosos versos Queti. Yo me quedo con los que me lleguen al corazón. Con los poetas que siente cada una de las letra de sus poemas. Un abrazo
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