Cuando te conocí
el tiempo no había llegado todavía;
el mundo no había llegado todavía:
tu llanto no había llegado todavía.
La luz no era aún la luz y era
el despertar un tránsito
de claridad a claridad y todo
era una nada densa y envolvente
unos momentos antes de la creación.
Después, como un derrumbe,
como un alud de realidad,
como una ola de conciencia, vino
la materia a campar por sus dominios.
Y vino el tacto y la desesperanza.
Hablo de cuando no existía el universo.
Cuando te conocí
tu cuerpo no había llegado todavía.
Rafael Guillén
Un bello poema de amor previo al Big Bang, a la gran explosión. Anterior a la actuación de la Particula Divina añadiendo materia a la nada.
ResponderEliminarUna bella fotografía.
Un abrazo.
Todo era "inmaculado" y vivo.Robusto en el peregrinage del amor y el tiempo.
ResponderEliminarBesazos,mi querida Queti
Fantástico poema del amor imaginario. La vivencia del amor, es cuando muchas veces lo mata. Un besazo
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