No sé si hemos llegado hasta aquí
empujados por el vuelo de la suerte,
si mi sombra seguías sin saberlo o
si yo te urgía y así te busqué.
No quiero saber tampoco
si aquí continuarás como estatua de sal,
si es sólo deseo, salvación o,
como pienso, me necesitas.
Sólo me basta saber
que ahora es el cielo
que me piensas y me describes y te recibo,
que hoy es hoy y ningún otro cielo.
Monalisa
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