“Si viviéramos en un Estado donde la virtud fuera rentable, el sentido común no sería ser santos; pero si vemos que la avaricia, la ira, la vanidad y la estupidez rinden más beneficios que la caridad, la modestia, la paciencia y la inteligencia, la rebelión está justificada, aún corriendo el riesgo de ser héroes.”
Robert Bolt en “La cabeza de un traidor”
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