A los
de aquí, a los que no estando están, a los que me sostienen, a los que aguardo,
a los que me abrazan, a los que sonrío, a los que llegan cuando menos se espera…
Porque, contra lo que dicen, me faltan dedos para contaros.
Porque
en momentos como éste os tengo entre mis brazos. Aunque alguna vez rueden al césped
doce barbos, porque esos barbos dieron vida a la corriente del río.
Amistad
a lo largo
Pasan
lentos los días
y muchas
veces estuvimos solos.
Pero
luego hay momentos felices
para
dejarse ser en amistad.
Mirad:
somos
nosotros.
Un
destino condujo diestramente
las horas,
y brotó la compañía.
Llegaban
noches. Al amor de ellas
nosotros
encendíamos palabras,
las palabras
que luego abandonamos
para
subir a más:
empezamos
a ser los compañeros
que se
conocen
por encima
de la voz o de la seña.
Ahora
sí. Pueden alzarse
las gentiles
palabras
-ésas
que ya no dicen cosas-,
flotar
ligeramente sobre el aire;
porque
estamos nosotros enzarzados
en mundo,
sarmentosos
de historia
acumulada,
y está
la compañía que formamos plena,
frondosa
de presencias.
Detrás
de cada uno
vela
su casa, el campo, la distancia.
Pero
callad.
Quiero
deciros algo.
Sólo
quiero deciros que estamos todos juntos.
A
veces, al hablar, alguno olvida
su brazo
sobre el mío,
y yo
aunque esté callado doy las gracias,
Porque
hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero
deciros cómo todos trajimos
nuestras
vidas aquí, para contarlas.
Largamente,
los unos con los otros
en el
rincón hablamos, tantos meses!
Que nos
sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo
es igual a la tristeza.
Para
nosotros el dolor es tierno
Ay
el tiempo! Ya todo se comprende.
Jaime
Gil de Biedma en “Amistad a lo largo”
Calladamente
doy las gracias, porque a pesar de este febrero frío y desleal, me he sentido
muy arropada, amigos.
(Publicación programada)
Miguel Ángel nunca hubiese hecho esa foto. Los espacios, aunque minúsculos, son fruto de los dioses y éso nunca debemos olvidarlo. Un beso salado, Queti.
ResponderEliminarDicen que a Miguel Ángel tampoco le gustaba pintar (yo no lo sé, nunca hablé con él). Parece ser que su vida era la escultura. Basta con mirar cualquiera de ellas.
ResponderEliminarBesos y gracias
Aunque a veces no estemos, estamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Presley, lo sé. Todos andamos faltos de tiempo. Yo misma no tengo el suficiente para atenderos como os merecéis.
ResponderEliminarUn abrazo