Mi trabajo es sólo permanecer,
esperar ¿a qué? ¿a quién?
Debería estar acostumbrada
pero a veces suceden cosas
que, como mazos pesados,
caen sobre mi ánimo y me impiden
ver la luz por ésta, mi eterna ventana.
Como un ciclo inevitable
el tiempo da vueltas en redondo.
Caigo, me levanto lentamente,
alcanzo la cima más elevada,
bailo, canto, río, entusiasmo en mi estar.
Demasiado entusiasmo.
Y, entonces, empieza el declinar de nuevo.
A veces lentamente,
otras de repente, el mazazo súbito.
Y en cada declinar me pregunto
cuántas veces volverán.
Si pudiera girarme
caminaría hacia aquel horizonte
y me perdería más allá:
Donde las sombras.
¿qué verían así ustedes?
¿vendrían a visitarme?
Miren el paisaje.
Soy yo, estoy en él.
Monalisa
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