No sé cómo llegué hasta aquíni sé por cuánto he de quedarme.
Seguiré mirando, sin prisa,
sin aguardar palabra en las tardes.
Ir.
Bello otoño, con tu luz de cenizas doradas,
tu gris me cubre el alma y me hace temblar las ganas.
Fiel a mí misma, me quedo.
Si supiera callar al silencio que golpea la terca espera
la alegría sería volada por manos, flores, perlas
y hojas empaquetadas para que nunca digan nada.
Si al pasar me veis, decidme:
"¿dónde estás?" y si alguna vez respondo
no me preguntéis más.
Monalisa
No hay comentarios:
Publicar un comentario