España está dolorosamente sumergida en una que dicen “crisis económica”. ¿”Crisis económica”? La verdad es otra; potencialmente, existen los mismos bienes y recursos, la misma fuerza del trabajo; en resumen, la misma economía real que en tiempos que no se consideraron “críticos”. Pero la economía real ha sido falsificada, convertida a la dinámica especulativa. La falsificación es antigua y sucesiva en etapas orientadas a instaurar el capitalismo, alternativamente asistido por dictaduras y democracias (la democracia en su “máscara sonriente”), por absolutismo y liberalismos, como único poder mayor. Así ha sido y es en España. No solo en España, pero España nos concierne en cercanía, y este libro ha sido pensado en ella y para ella.
El capitalismo se ha movido con torpeza; advierte sus desequilibrios internos y teme que estos sean indicios de una quiebra histórica y global del sistema. Desde este temor, trata de fortalecerse despojando aún más a los de siempre, a los pobres y sometidos. En su cruel economicismo financiero, el capital opina que sus actuales plusvalías creadas por el trabajo no bastan y que las que llaman cargas sociales no son sostenibles. Y vuelve a decidir: la solución consiste en paro y desamparo; en desahucios, enfermedad, hambre, incultura… En sufrimiento, en muerte, incluso. La solución, está claro, comporta “crímenes sociales”.
(…)
Las páginas que siguen son la antología que con nulo afecto dedicamos a los gestores de la “crisis”.
Antonio Gamoneda, en el prólogo de “En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis”. Bartleby Editores.
Suéltate el miedo y déjate crecer la vida.
Recuerda que en tu hambre mandas tú.
Recuerda que solo a ti te perteneces
y que el mundo es tu casa.
Que el dolor del otro, a ti te ha de doler
porque, si no es así,
tú también estás muerto.
Levántate tantas veces como te llame la vida,
tantas como te palpite el corazón de los invisibles.
Recuerda que los brazos sostienen, abrazan.
Cuando dudes cuál es tu revolución
pregunta a los que nadie escucha.
Cuando quieras saber a qué has venido al mundo
y adónde debes ir,
Coge su mano y déjate llevar a su terreno.
Solo ahí te reconocerás,
soltarás tus miedos
y te dejarás crecer la vida.
Porque solo la vida puedes perder
y esta es la única certeza
que puede hacernos fuertes.
Begoña Abad de la Parte en “En legítima defensa. Poetas en tiempos de crisis”. Bartleby Editores.
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