Estupendo ese artículo de Roig, muy bien ligada la cuestión de las perspectivas pictórica y moral, o por mejor decir, de la pérdida de perspectiva. La mirada del judeocristianismo, con su ceño fundido y su rigidez de inexpresivo pantocrátor, supuso un retroceso histórico. De entre las cenizas de Pompeya emergen estos apasionados y desinhibidos frescos, un rojo intenso suspendido en el tiempo, y uno tiene la sensación de que la historia es un constante avance y retroceso.
Estupendo ese artículo de Roig, muy bien ligada la cuestión de las perspectivas pictórica y moral, o por mejor decir, de la pérdida de perspectiva. La mirada del judeocristianismo, con su ceño fundido y su rigidez de inexpresivo pantocrátor, supuso un retroceso histórico. De entre las cenizas de Pompeya emergen estos apasionados y desinhibidos frescos, un rojo intenso suspendido en el tiempo, y uno tiene la sensación de que la historia es un constante avance y retroceso.
ResponderEliminarCoincido en tus apreciciones. Muchas gracias.
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