Hacer
el amor en las nieves del Kilimanjaro
bajo
una cúpula de estrellas
y
sentir la burbuja que nos separa
del
mundo
(los copos rozando la piel
cuando al girarnos comienza la
danza
confusa de las sombras en
la noche)
enorme
y limpia
como
la larva de una langosta
llamando
al corazón profanado del
centro
del mundo.
Monalisa
Me suena bastante bien. Me escudo en mi personal forma de poesía, que no es otra que la música, para catalogarla como algo contemporáneo... sería como algo de Philip Glass.
ResponderEliminarUn abrazo.
linda...
ResponderEliminarDe pequeño odiaba a todos aquellos que explotaban burbujas. Siempre intentaba que duraran el máximo de tiempo posible. Mi obsesión llegó a ser tan perversa que tuve que alejarme de estas pompas de jabón y de todos sus aniquiladores seguidores. Algún día contaré en La Misteriosa algo sobre ello. Un beso redondo y de jabòn.
ResponderEliminar