E. Munch
Nunca soy más feliz que
cuando tengo tu cabeza entre mis brazos.
Nidos de rosas rojas se enredan en mis dedos
y un canto de azules ecos
me agarran por todo el cuerpo
dictándome al oído la canción de tus deseos.
Como aquella vez, la primera, que
teniéndola así, entre mis manos,
mirando de cerca y con fuego
a lo más hondo de tus ojos plenos
y más allá del agudo trueno
mis lágrimas ya floreciendo,
supe que te quería y,
como se saben de veras los
sentimientos bellos, los de verdad,
los auténticos,
sin someterlos a juicio ni criterio,
supe, también, que ese amor
sería eterno.
No hay opción
no hay vuelta atrás
ni duda ni arrepentimiento
Sencillamente, te quiero.
Pero nunca te quiero más que
Cuando tu cabeza está entre mis dedos.
Monalisa
Sí, así queremos algun@s:
ResponderEliminarno hay opción
no hay duda, ni arrepentimiento
no hay vuelta atrás.
Besote.
Que bonito es querer y que te quieran, por supuesto. La dulzura del verdadero amor, se queda tan dentro de ti, que es difícil que se olvide. Precioso poema Queti.
ResponderEliminarGracias por compartirlo con nosotros. Un abrazo