Ayer volví a ver una película -¡qué importa cuál sea!- que me ha enseñado, con más claridad que nunca, que lo que no se dice es siempre lo más importante, que los motivos por los que no se dice son siempre los más poderosos, porque esos motivos podrían destrozarnos. Y me ha enseñado también que el mundo es de los locos, de los que no acatan, de los que sueñan, de los que son capaces de romper barreras, porque de lo contrario esas barreras acabarán contigo. Y que es posible que aun así te maten.
Monalisa
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